viernes, abril 22, 2011

estratega

para no aferrarse cerró fuerte los ojos y cantando alguna vieja canción hizo desaparecer todo sentimiento que pudiera asomarse.
en veces anteriores había pensado fuerte en otra cosa, algún chiste, alguna película o quizás algún problema matemático que le mantuviese la cabeza ocupada durante esos segundos en los que corría peligro. (porque en sólo unos segundos ocurre lo que estaba tratando de evitar.)
una vez llegó a contener la respiración el tiempo suficiente como para que su cerebro sólo trabaje en sobrevivir y nada más.
con el tiempo había logrado su objetivo: "libre" se autodenominaba orgullosamente. libre de toda culpa, de toda nostalgia, toda tristeza, desesperanza o ilusión.
porque no había en su ser ni un poco de cariño, ni un poco de añoranza hacia ningún otro ser vivo en la tierra. no había a quién extrañar, no había a quién llorar.
libre y feliz, se sintió durante años.

hasta que llegó el día.
nadie lo extrañó, nadie lo añoró, nadie lo quiso.
nadie lloró por él.

así remataba el chiste al que él llamaba "libertad".

domingo, abril 17, 2011

no existimos

es bueno que ya no existamos y ahorremos nuestros tiempos,invirtiéndolos en cosas nuevas y reales.

reales y tangibles, a pesar de nuestra inexistencia.

es perfecto así, la nada absoluta, el abismo en el medio, el vacío infinito que nos facilita tanto esta situación.

quizás fue fácil lograrlo... pero difícil llegar al punto exacto: tomó años y años de almas apretadas que cantaban las mismas canciones muertas y resucitadas una y otra vez, otoño tras otoño.

fue doloroso desaparecer la evidencia y las marcas, como rayones gruesos y oscuros que no se borraban con nada de este mundo.

pero pudimos llegar a lo abstracto y lejano, más lejano que nunca, y ahora disfrutamos de la libertad de la inexistencia, al fin.

no existimos más, el amor no nos toca, el dolor no nos duele.





quiero que sepas, y que no lo sepas nunca